Empresas funerarias apoyan el protocolo de manejo y disposición post mortem

Las empresas funerarias de toda la provincia vienen adoptando diversos protocolos para los velorios y posterior inhumación -o cremación- de personas fallecidas, no existiendo criterio único en el marco de “pandemia”, donde no hay certeza alguna sobre la posibilidad o no de eventuales contagios.

Es en ese contexto, que las empresas del rubro solicitan la urgente sanción del proyecto de ley que esta semana obtuvo media sanción en la cámara de Diputados de la provincia, con el objetivo primordial de cuidar a los trabajadores del área, y a la población en general, estableciendo las medidas preventivas sanitarias correspondientes.

En contacto con la prensa, Carlos Añón, propietario de una de las empresas radicadas en la región, comentó que “en cada municipio, se reaccionó de una manera diferente, justamente, por no tener un protocolo unificado, ni siquiera a nivel nacional”.

Relató que algunos consideraron más y otros menos la posibilidad de que los familiares directos se reúnan, algunas horas, para la despedida.

“Nosotros pensamos que agregarle al confinamiento al que estamos sometidos, una situación de fallecimiento de familiar cercano, era un golpe muy grande para la población, por lo que en cada caso, fuimos pidiendo autorizaciones para hacer el velorio con determinadas condiciones”, relató.

Contemplando que la medida abarcará a todos los fallecimientos durante la pandemia, expresó que no subestiman ningún caso.

“Al ser un virus de transmisión aérea, es fácilmente transmisible desde el cuerpo de la persona fallecida hacia quien está manipulando el cuerpo. Porque la emisión de gases puede contaminar las áreas donde se trabaja. Entonces, hemos aplicado el criterio de que todos los casos son sospechosos, todos los casos tienen que ser tratados con los elementos necesarios y los elementos necesarios lo hemos adaptado a este tipo de particularidad”, resaltó.

Sobre el particular dio ejemplos claros y concretos: “si antes usábamos barbijos comunes, ahora usamos los homologados; antes guantes comunes, ahora los quirúrgicos que son mas largos; si antes usábamos un camisolín descartable, de tela, ahora es impermeable; ahora se usan máscaras…”, detalló para graficar.

Con respecto a las ceremonias remarcó que su empresa tiene el servicio de trasmisión por streaming (con contraseña para los familiares) para que puedan seguir por internet; aunque admitió que la gente prefiere asistir.

En ese caso, destacó que se acuerda con los familiares el tiempo. No más de 4 horas. “Se trata de homenaje intensivo, si son religiosos, les pedimos que recen desde el momento que se instala el servicio hasta la salida. Y estamos teniendo también la condición de resguardar desde el cuerpo a los familiares una distancia prudencial y algún elemento que los separe, como tapa de vidrio para el ataúd, en la medida de tener los elementos para cumplirlo”.

“La limitación de personas es estricta –contó-. Tenemos gente que entiende la situación, gente que le cuesta un poquito más entender, y es absolutamente comprensible que los familiares quieran estar juntos entre ellos, despidiendo a su familiar, pero tratamos en todos los casos, de hacer razonar a las persona que es una situación especial, que lamentablemente nadie la eligió, que no es culpa de nadie, y que tenemos que cuidarnos entre todos. En la mayoría de los casos, conciliamos que solo estén los 5 familiares más directos, los allegados, que estén esas horas. Tratamos de hacerlo cumplir de la manera más estricta posible”, dijo.

Teniendo en cuenta que “va para largo” el período de cuidados, señaló que “afortunadamente, el Dr. Cassani, con buen tino, tuvo en cuenta el sector funerario que es normalmente relegado”.

“El sector funerario cuenta con muy poca legislación para toda sus actividades y bueno, aplaudimos, con bastante entusiasmo, el hecho de que se haya establecido, alguna norma que nos regule, nos iguale a todos”, concluyó, a la espera que el Senado sancione el proyecto, lo antes posible.

La iniciativa establece cada uno de los procedimientos, desde la muerte, hasta la disposición final, mientras dure la pandemia, alcanzando a todos los fallecidos.