
La reciente decisión del Gobierno de eliminar aranceles a la importación de celulares reavivó la polémica sobre el costo que el régimen de Tierra del Fuego tiene para el Estado desde hace más de 50 años. Integrantes del gabinete de Javier Milei cuestionaron duramente el esquema, señalando su elevado costo fiscal anual, estimado en USD 1.000 millones, y su bajo impacto en la generación de valor agregado y empleo genuino.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, afirmó que las empresas de la isla «arman productos que vienen desarmados del exterior», mientras que el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, sostuvo que la reducción del costo de la electrónica beneficiará a millones de argentinos.
Según Juan Carlos Hallak, investigador del Conicet, sobre el costo que el régimen de Tierra del Fuego tiene para el Estado, dijo que el régimen fueguino es «un régimen mal diseñado» que se vuelve cada vez más costoso y menos competitivo a nivel global. El estudio de la Fundación Fundar detalla que mantener estos beneficios implica un costo fiscal de USD 1.070 millones anuales, recursos que podrían destinarse a actividades más sustentables. El principal costo se asocia al subrégimen industrial, que exime de IVA y aranceles a la importación de insumos para la producción de electrónicos.

Si bien el Gobierno anunció una baja de aranceles a la importación de celulares, mantuvo un diferencial de impuestos internos favorable a los productos fabricados en la isla. Esta medida generó reacciones mixtas en la industria que, si bien celebra la reducción de costos, teme quedar en desventaja frente a los importados.
DESACTUALIZADO
Desde Fundar reconocen el objetivo geopolítico que impulsó la creación del régimen en 1972, logrando un aumento de la población y la actividad económica. Sin embargo, advierten que en la actualidad el subrégimen industrial premia la facturación por sobre el valor agregado local, no fomenta las exportaciones y genera una dependencia económica de la isla.
Sturzenegger incluso sugirió que Tierra del Fuego tiene un gran potencial para desarrollar otras actividades como el turismo y la pesca, cuestionando la lógica de priorizar galpones industriales en un entorno natural privilegiado. El funcionario estimó que el régimen actual genera una pérdida neta de empleos a nivel nacional, ya que la actividad electrónica tiene una baja demanda de mano de obra en comparación con otros sectores.
CHUPADERO DE PLATA
Hallak coincidió en que el régimen es «un chupadero de plata terrible» con poco beneficio real, y propuso una reformulación que premie el valor agregado. Los principales productos electrónicos fabricados en la isla son celulares (con un valor agregado prácticamente nulo), televisores y aires acondicionados.
Finalmente, el debate también se centra en si los beneficios impositivos se traducen en precios más bajos para los consumidores. La experiencia pasada, especialmente en épocas de restricciones a las importaciones, sugiere que la falta de competencia impidió que esto sucediera. Con la apertura a las importaciones, se espera una baja de precios impulsada por la competencia y la necesidad de las empresas locales de mantener su cuota de mercado.
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