Los Valdés endurecen el discurso y apuntan sin filtro contra la oposición

El Club San Martín de Corrientes fue el escenario de una contundente demostración de fuerza política por parte de la alianza Vamos Corrientes. El acto marcó el inicio formal de la campaña electoral con vistas a las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre.

La oportunidad permitió mostrar también la musculatura provincial que el oficialismo tiene de cara a lo inmediato, que será el acto comicial del domingo 31. Fue así que, tanto el intendente de Ituzaingó, Juan Pablo Valdés, como su hermano, Gustavo Valdés, ambos candidatos, a gobernador y a senador provincial, respectivamente, tomaron la palabra y lanzaron un mensaje unívoco: en lo que queda de campaña no habrá medias tintas y el principal adversario es el sector que, a nivel nacional, se opuso a proyectos clave para la ciudadanía.

ACCIONAR EN EL CONGRESO

Con la mira puesta en sostener representatividad política en el Congreso, Juan Pablo habló como la figura que concentra el protagonismo electoral del oficialismo, y no dudó en elevar el tono de la crítica. Su blanco no fueron los adversarios locales, sino los diputados nacionales que, en votaciones recientes, se ausentaron o rechazaron normativas de vital importancia.

«Algunos se olvidaron de ir, no pudieron, les dolía el dedo», ironizó, apuntando directamente a quienes, según su interpretación, le dieron la espalda a los intereses de la provincia. La referencia a la Ley Garrahan y a la Ley de Discapacidad fue explícita, buscando polarizar el debate en torno a causas sociales sensibles.

La defensa de la universidad pública, otro de los puntos sensibles de la agenda política, también estuvo en su alocución. Valdés, en su rol de abanderado de Vamos Corrientes, hizo un llamado a la militancia para «hacer un esfuerzo doble» y lograr un triunfo que garantice la llegada de los tres candidatos de la alianza al Congreso, donde, prometió, «la voz de Corrientes va a ser escuchada».

GUSTAVO, CON TODO

Por su parte, el gobernador Gustavo, con la autoridad de quien detenta el poder provincial, se encargó de enmarcar la contienda en un contexto más amplio: la lucha contra el «populismo».

El mandatario no sólo defendió su gestión, destacando el «equilibrio fiscal» y el «superávit», sino que también lanzó advertencias directas a sus oponentes. «Hoy tratan de imprimir terror, pero el terror lo tienen ellos», sostuvo, en una clara alusión a las estrategias políticas de sus adversarios.

Con la seguridad de quien se siente consolidado en el poder, desafió a la oposición a no «temblar» ni tener «miedo», asegurando que su espacio tiene «espalda de sobra». La frase «muchos van a quedar jubilados» fue el golpe final, un aviso de que el resultado de las urnas podría significar el final de varias carreras políticas.

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