A las 18.27 de este jueves la Armada confirmó oficialmente que cesaron en la búsqueda con vida de los 44 tripulantes del ARA San Juan. Justo un rato después los encargados de las redes sociales de Mauricio Macri decidieron publicitar la importancia del histórico evento de ayer en relación a la presidencia del G20 por parte de la Argentina.
Elisa Carrió, la principal socia política del Gobierno y cofundadora de Cambiemos, dijo luego que lo de «las víctimas» del submarino era «irreversible». «Yo solo dije la verdad y con mucha información», publicó la diputada en alusión a su propia confirmación del fin de semana en la mesa de Mirtha Legrand, cuando se tomó la atribución de informar que los tripulantes del submarino desaparecido hace quince días habían «fallecido». «Fue duro pero nos tocó decir la verdad, siempre desde la intención de dar una respuesta ante la angustia y la incertidumbre del momento», aseguró anoche la Coalición Cívica mediante un comunicado en el que expresó las condolencias a los familiares de los submarinistas.
Más allá de los evidentes y desafortunados cortocircuitos en la comunicación oficial -si Carrió tenía «mucha información» como escribió ayer, ¿no deberían haberla comunicado antes?-, la oficialización de la Armada en torno al cese de la etapa de búsqueda de la tripulación del ARA San Juan encontró al Gobierno en un día de euforia por el traspaso de la presidencia del G20 al país de manos de Alemania, que se cristalizó en el evento de ayer por la mañana en el Centro Cultural Kirchner (CCK).
Ayer a última hora, Macri y sus principales asesores de comunicación todavía analizaban si grabar o no un mensaje presidencial que podría tener lugar esta mañana y que, eventualmente, no sería transmitido por la cadena oficial, a la que el jefe de Estado aún no recurrió. Más allá de que Télam, la agencia oficial, publicó anoche la confirmación de la noticia, Macri mantiene hasta ahora su agenda prevista para hoy en la residencia de Olivos, como acostumbra los viernes. En el caso del ministro Oscar Aguad, que en dos semanas de búsqueda no emitió palabra, nadie se atreve a dar cuenta de su paradero.
La Casa Rosada confía de todos modos en que el ARA San Juan finalmente será encontrado. Es decir, se continuará con su búsqueda. «La comunidad internacional no se permitiría no encontrarlo», decía ayer por la tarde Marcos Peña en su despacho junto a un puñado de asesores, según pudo saber este medio. En ese sentido, en el Gobierno resaltan la cooperación de naciones tan disimiles como Estados Unidos, Rusia, Japón y el Reino Unido. El jefe de Gabinete recibió ayer en su oficina del primer piso de la Casa Rosada a Mark Kent, el embajador británico en el país, con quien analizó la mencionada situación.
En la cúpula del Poder Ejecutivo insistían ayer en defender el accionar de la Armada, investigado por la Justicia, en la supuesta demora, en el manejo y en la subestimación de la información en relación a la avería sufrida por el submarino desaparecido. También en eventuales fallas humanas. «¿Qué sentido tendría ocultar información o, en el segundo caso, dejar que se hunda un submarino? Es una locura», se preguntaban por la tarde en los principales despachos de la Casa Rosada.
Peña, el funcionario más relevante de la estrategia de comunicación del oficialismo, estará esta mañana junto a Durán Barba en una charla en la George Washington University, en la capital norteamericana, en una visita que seguirá por la Casa Blanca y que culminará el domingo. En medio de la angustia de los familiares de la tripulación del ARA San Juan.
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